Anoche, una ballena voladora me despertó de entre mis sueños;
me pidió que le armase un acuario para poder decorar su
hogar en el fondo del mar.
Volando me fui, nadando lo armé, ahora ella duerme,
sueña con los sonidos del encierro,
con las burbujas que yo exhalo,
que son las que me llevaran de nuevo
a la orilla de su exilio.


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