Que insólito.
La lengua reseca
del lanzallamas
ya no lame libros
u osamentas.
Que insólito.
ya la noche no se
enciende bermellón
a causa de sus bostezos
de hambre y anarquia.
Que insólito.
ya los astros ocultan
sus rostros en el cinturón
que oficia la decadente
comedia.
¿cuantos soplidos
cumplen con los
deseos del esplendor?
¿cuantos cargan con
el universo a sus espaldas?
viernes, 15 de junio de 2012
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